Francisco Ibáñez: De Niños a Padres
En el tapeo de recuerdos que forma nuestra infancia, hay imágenes, palabras y emociones que vienen con fuerza, envueltas en el papel de cómic y dibujadas con trazos de humor y aventura. Para muchos de nosotros, esos recuerdos llevan la firma inconfundible de Francisco Ibáñez.
Para generaciones enteras, Ibáñez no fue solo el artífice de historietas, sino el creador de universos. Universos donde la risa era el idioma oficial y donde, por más embrollos y travesuras que tuviesen Mortadelo y Filemón, siempre existía una lección oculta, un aprendizaje que, sin darnos cuenta, nos iba modelando.
Ahora, en 2023, año en el que nos ha dejado Ibañez, muchos de los niños que crecieron con sus páginas entre manos son padres. Padres que comparten con sus hijos las mismas travesías cómicas, pasando el legado de generación en generación. Es el regalo que Francisco Ibáñez nos dejó: un puente generacional construido con humor y corazón, permitiendo que padres e hijos compartan risas y confidencias en torno a las mismas páginas que ellos disfrutaron en su infancia.
Pero, más allá de los personajes y las historias, Ibáñez nos enseñó que el mundo, por más complejo que sea, siempre tiene un espacio para el humor. Nos enseñó a no tomarnos la vida tan en serio y a encontrar alegría en los pequeños momentos. Para muchos, fue una brújula en la niñez, una ventana a la imaginación y, sobre todo, una fuente inagotable de sonrisas.
Hoy, al ver a nuestros hijos reír con las mismas historietas, nos damos cuenta del impacto inmenso y perdurable de Francisco Ibáñez. No solo creó cómics; tejó recuerdos, formó carácteres y generó un vínculo mágico que hoy, más que nunca, sigue vivo y latente en los corazones de grandes y pequeños.
Gracias Ibáñez, por ser el arquitecto de tantas infancias felices y por seguir siendo el cómplice de tantas risas compartidas.
Biografía
Infancia y primeros pasos
Francisco Ibáñez Talavera nació en Barcelona el 15 de marzo de 1936. Desde muy pequeño mostró una clara afición por los cómics, y a los siete años de edad publicó su primer dibujo en la revista Chicos.
Inicios profesionales
Ibáñez empezó a trabajar como botones a muy temprana edad, pero también comenzó a publicar sus primeras historietas en revistas como La Rosa o Paseo Infantil. En 1956, con 20 años, empezó a trabajar como oficinista en el Banco Español de Crédito, pero su pasión por el cómic le llevó a abandonar el banco en 1957 para dedicarse a tiempo completo a esta actividad.
El salto a Bruguera
Ibáñez empezó a colaborar con la Editorial Bruguera, una de las más importantes editoriales de cómics de España, en la que ya trabajaban otros autores de renombre como Escobar, Peñarroya o Vázquez.
Mortadelo y Filemón
En 1958, Ibáñez creó a Mortadelo y Filemón, una pareja de detectives privados muy peculiares. La serie fue un éxito inmediato y se convirtió en una de las más populares de la historia del cómic español.
El éxito de Mortadelo y Filemón
Mortadelo y Filemón, que inicialmente eran una parodia de Sherlock Holmes y el Dr. Watson, se convirtieron en un icono de la cultura popular española. La serie fue adaptada a otros medios, como la televisión, el cine y los videojuegos.
Otras series
Ibáñez también creó otras series de éxito, como 13, rue del Percebe, El botones Sacarino, Rompetechos o Pepe Gotera y Otilio.
Premios y reconocimientos
Ibáñez fue galardonado con el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona en 1994 y con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002.
Fallecimiento
Francisco Ibáñez falleció el 15 de julio de 2023, a los 87 años.